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La SEXUALIDAD en el masaje californiano.

  • Foto del escritor: Iñaki
    Iñaki
  • 3 jun
  • 4 Min. de lectura

Un ensayo personal


Cuando empecé, tocaba con mucha menos conciencia. Tras 6 años de práctica a tiempo completo lo que percibo cuando toco y mi capacidad de sentir se va ampliando. Hay menos miedo y más conciencia.



El mapa con el que me muevo


Utilizando el paradigma teórico de la Gestalt, podemos decir que la sexualidad se compone de ternura, sensualidad y genitalidad.


El masaje californiano abarca, sin duda, la ternura y la sensualidad. Una sensualidad entendida como sensorialidad -que despierta los sentidos-. Y no abarca, sin duda, la genitalidad o el erotismo. Es decir no buscamos mover intencionadamente la excitación genital.


Te voy a explicar lo que me encuentro en un 2% de los masajes en los que se mueven procesos relacionados con el placer, similares al 2% de los masajes en los que se mueve el dolor que desgarra y el llanto.


Puedo notar que durante la sesión aumenta la carga, se mueve la incomodidad, la respiración está retenida y hay algo que lucha por emerger. A veces es el placer, que asusta o bien se reprime por múltiples razones. Mi papel como acompañante siempre es estar atento a todo esto, chequear conmigo mismo como resueno con lo que va pasando y habilitar el espacio y el permiso para la expresión de lo que aparece.


Cuánto más placer puede haber en tu vida? Si la sensación sentida es agradable, cuánto más de esto puede haber ahora en tu vida? A veces solo esta pregunta habilita a la persona a sentir lo que está pasando y entregarse al proceso. De repente aparece la respiración, el movimiento de energía, la descarga e incluso las contorsiones relacionadas con la activación/despertar de la energía kundalini.


La energía sexual, fuente de vida y creadora. Es maravillosa!



Mi papel como acompañante


Habilitar un espacio seguro para atender y acompañar lo que emerge. Exactamente igual que cuando habilito y acompaño el llanto y el dolor.


Siempre, siempre, siempre confío que todo lo que sucede es para bien. Esa es mi mirada. Mi intención siempre está puesta en aflojar el cuerpo y movilizar la energía. Lo que sucede luego no depende de mí, lo único que puedo hacer es acompañarlo con el corazón lo más disponible que pueda.


Para mí acompañar el movimiento de esta energía (placer) siempre ha sido más desafiante que acompañar el dolor. Sea por mi historia personal o sea porque es algo que he venido a aprender en este mundo.


El hecho es que cuanto más voy integrando esta energía en mi vida, más me abro a ella, más superviso y practico, más la puedo acompañar en la camilla. Cada vez le tengo menos miedo.


Cuando en una sesión se mueve mi energía sexual (principio de erección) he descubierto que me está indicando que la intensidad está subiendo, normalmente antes de un proceso emocional intenso (llanto, descarga...).


Así que lo valido en mí, la observo y la dejo pasar, centrándome de nuevo en las necesidad del cuerpo que hay en la camilla. Me sirve de 'alarma' y me ayuda a poner más atención al momento presente.



Mi masaje ideal


Para mí el masaje ideal combina una mezcla de profundidad y sensorialidad (la ternura se da por descontada). Pudiendo ir de una sesión muy profunda y específica de espalda por ejempl (trabajo miofascial), a una sesión puramente sensitiva donde el movimiento largo y la sensorialidad son los protagonistas.


Siempre me adapto a la demanda del cliente y voy chequeando durante la sesión. El trabajo es conjunto, y siempre que las sesiones son potentes, la mitad del mérito es de la persona que se estira y se atreve a respirar lo que le sucede.


Toco a hombre y mujeres por igual, ancianos y jóvenes. Aunque lo que a mí me despierta tocar a una mujer o a un hombre es diferente, de la misma manera que lo que mi toque despierta en diferentes tipos de clientes varía.


Dicho esto me siento afortunado de poder acompañar a tantos hombres y especialmente a mujeres. Es un privilegio, un gusto y una gran responsabilidad.



Recapitulando:


No trabajamos con la intención de despertar la genitalidad (lo erótico).


Acogemos lo que sucede espontáneamente.


En mi caso, mi energía sexual me ayuda a detectar la intensidad en una sesión y la pongo al servicio del proceso.


La acojo y la dejo pasar. Tal como viene se va.


Para mí esto es sagrado.




Demandas de masaje puramente sensorial.


En mi experiencia las demandas de masaje centradas en la sensorialidad y el placer habitualmente llegan de clientes con un sistema nervioso muy desregulado, mucho trauma y sobretodo mucho miedo al DOLOR. Sin olvidar los procesos oncológicos, fibromialgia... Son personas que no toleran la presión, de momento.


La sensorialidad, el placer, el dolor-placer, el gozo y la gustera forman parte, sin duda, en primera fila del masaje californiano/tacto consciente. Hasta cuanto puedas entregarte y respirarlo solo depende de ti.


Si la demanda es clara estoy encantado de acompañarte en el proceso.




 
 
 

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